Tipos de contratos de trabajo en España: guía actualizada

Índice de contenido

Encontrar empleo o contratar personal no solo implica identificar el puesto adecuado, sino también conocer el marco legal que regula la relación laboral. En España, existen distintos tipos de contratos de trabajo que responden a diferentes necesidades, tanto por parte de las empresas como de los trabajadores. Saber qué contrato se ajusta mejor a cada situación es clave para entender tus derechos, tus deberes y tus oportunidades a medio y largo plazo.
En este artículo vamos a explicarte qué es un contrato laboral, los tipos más comunes que existen actualmente, cómo ha cambiado el panorama con la reforma laboral, y cómo puedes identificar cuál tienes tú. Tanto si estás buscando empleo como si eres una empresa que quiere contratar, esta guía te ayudará a moverte con más claridad en el entorno jurídico y laboral.

¿Qué es un contrato de trabajo?

Un contrato de trabajo es un acuerdo legal entre una empresa (o empleador) y un trabajador, en el que se establecen las condiciones bajo las cuales se prestará un servicio remunerado. Aunque puede formalizarse de manera verbal, lo habitual —y recomendable— es que sea por escrito, ya que así queda constancia de los términos pactados.
En dicho contrato deben figurar aspectos como:
  • Fecha de inicio de la relación laboral
  • Tipo de jornada (completa o parcial)
  • Duración del contrato (si es temporal o indefinido)
  • Salario
  • Periodo de prueba (si lo hay)
  • Convenio colectivo aplicable
  • Funciones del puesto
Además, el contrato está regulado por el Estatuto de los Trabajadores y por la normativa laboral vigente en cada momento. Por eso es fundamental mantenerse actualizado, sobre todo tras reformas legales que modifican sustancialmente el marco de contratación.

Principales tipos de contratos laborales en España

Con la reforma laboral impulsada en 2021-2022, el sistema de contratación en España ha cambiado significativamente. Ahora, el contrato indefinido es la norma general, y los contratos temporales han quedado restringidos a supuestos muy concretos.
Vamos a revisar cada tipo de contrato en detalle:

Contrato indefinido

Es el contrato por excelencia tras la reforma laboral. No tiene una fecha de finalización prevista, lo que proporciona estabilidad tanto al trabajador como a la empresa. Puede firmarse a jornada completa o parcial.
Existen también variantes, como:
  • Indefinido a tiempo parcial
  • Indefinido fijo-discontinuo (que veremos más adelante)
  • Indefinido de personas con discapacidad
  • Indefinido adscrito a obra en determinados sectores
El objetivo de este tipo de contrato es fomentar el empleo estable y evitar el uso abusivo de la temporalidad. Desde la reforma, las empresas deben justificar de forma clara si desean optar por otra modalidad.

Contrato temporal

Este tipo de contrato solo se puede firmar en circunstancias muy concretas, como por ejemplo, para cubrir aumentos ocasionales de la actividad. Dentro de esta categoría, destaca el contrato temporal por circunstancias de la producción, que permite a las empresas cubrir picos de trabajo no previsibles o de corta duración.
Otro caso en el que se puede utilizar un contrato temporal es cuando se necesita sustituir a un trabajador con derecho a reserva del puesto (por ejemplo, durante una baja por maternidad). Sin embargo, hay que recordar que el uso del contrato temporal está muy limitado por la reforma laboral y que su duración no puede ser indefinida.

Contrato formativo

Es el contrato que se utiliza para favorecer la inserción laboral de jóvenes o personas sin experiencia.
Existen dos grandes modalidades:
  • Contrato de formación en alternancia: combina trabajo remunerado y formación reglada. Ideal para estudiantes de FP o universidad.
  • Contrato para la obtención de la práctica profesional: dirigido a quienes ya tienen un título (universitario o de FP) y buscan adquirir experiencia profesional relacionada.
Ambos contratos tienen una duración determinada y condiciones específicas, y son clave en los primeros pasos de la carrera profesional.

Contrato fijo-discontinuo

Este tipo de contrato está pensado para actividades estacionales o intermitentes, pero que se repiten en el tiempo. Por ejemplo, campañas agrícolas, temporadas turísticas o actividades educativas que no se desarrollan todo el año.
El trabajador no está empleado de forma continua, pero sí tiene una relación indefinida con la empresa. Es decir, cada año puede ser llamado a trabajar en los periodos de actividad, y en los de inactividad tiene derecho a estar en situación de llamamiento. Es una alternativa al contrato temporal que busca reducir la estacionalidad precaria y ofrecer más estabilidad.

Contratos del sector público

En las administraciones públicas también existen contratos laborales, aunque con particularidades propias.
Los tipos más comunes son:
  • Contrato indefinido
  • Contrato temporal por obra o servicio (muy limitado tras la reforma)
  • Contrato de interinidad (para sustituciones)
  • Contrato formativo (en prácticas o alternancia)
Estos contratos están regulados además por normas específicas del empleo público, como la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP).

Cambios con la nueva reforma laboral

La reforma laboral de 2021, negociada entre Gobierno, patronal y sindicatos, ha supuesto un cambio de paradigma en la contratación en España. Los objetivos eran claros:
  • Reducir la temporalidad
  • Fomentar el empleo estable
  • Mejorar la calidad de los contratos
  • Evitar el abuso de modalidades temporales
A partir de la reforma:
  • El contrato indefinido se convierte en la forma contractual por defecto.
  • Los contratos temporales se limitan a circunstancias muy concretas y justificadas.
  • Se impulsa el contrato fijo-discontinuo para actividades estacionales.
  • Desaparecen figuras como el contrato por obra y servicio.
Este nuevo marco legal también afecta a las estrategias de contratación de las empresas, que ahora deben adaptar sus estructuras de personal a modelos más sostenibles y legales.

Modalidades de contratos laborales: tipología y ejemplos

Además de los tipos de contrato reconocidos legalmente, dentro de cada uno pueden existir diferentes modalidades en función de aspectos como:
  • Duración (completa o parcial)
  • Lugar de trabajo (presencial, híbrido o remoto)
  • Cargo (personal base, técnico, directivo)
  • Régimen de cotización (general, agrario, autónomos)
Por ejemplo:
  • Un contrato indefinido puede ser a tiempo completo o parcial, y puede incluir beneficios extra como un plan de retribución flexible.
  • Un contrato formativo puede combinar prácticas presenciales y teletrabajo.
  • Un contrato temporal por sustitución puede incluir cláusulas específicas sobre el tiempo estimado de ausencia del trabajador sustituido.
Estas modalidades permiten a las empresas adaptar los contratos a sus necesidades reales y a los perfiles disponibles, siempre dentro del marco legal. Para los candidatos, es clave leer bien el contrato antes de firmar y conocer las implicaciones de cada condición.

¿Cómo saber qué tipo de contrato tengo?

Es muy común que los trabajadores no tengan claro qué tipo de contrato han firmado, sobre todo cuando se trata de contratos temporales o formativos.
Para saberlo con certeza, puedes hacer lo siguiente:
  1. Revisa tu contrato por escrito: Busca el título o epígrafe donde se indique el tipo (indefinido, temporal, etc.)
  2. Consulta tu vida laboral: En el informe de la Seguridad Social aparece el tipo de contrato y su duración.
  3. Pregunta al departamento de RRHH o al empleador: Ellos están obligados a darte esa información.
  4. Revisa el convenio colectivo aplicable: A veces contiene detalles sobre las modalidades que utiliza una empresa en un sector concreto.
Además, puedes acudir a un sindicato o a un abogado laboralista si tienes dudas sobre la legalidad de tu contrato o crees que tus derechos no están siendo respetados.

¿Qué tipos de contratos existen con la reforma?

Tras la reforma laboral, los contratos que actualmente se pueden formalizar legalmente son:
  • Contrato indefinido: norma general.
  • Contrato fijo-discontinuo: para actividades cíclicas.
  • Contrato temporal por circunstancias de la producción: solo en situaciones muy justificadas.
  • Contrato temporal por sustitución de persona trabajadora: cuando alguien está de baja o con reserva de puesto.
  • Contrato de formación en alternancia
  • Contrato para la obtención de la práctica profesional
Las antiguas figuras de contratos por obra y servicio han desaparecido, y el uso abusivo de contratos temporales puede acarrear sanciones importantes para las empresas. De ahí que muchas organizaciones estén rediseñando su política de contratación y recurran a servicios de selección de personal especializados, que aseguren procesos adaptados a la legalidad y al nuevo contexto laboral.

El contrato correcto, una decisión clave para tu futuro

Entender los distintos tipos de contratos laborales en España es fundamental tanto para trabajadores como para empresas. A lo largo de este artículo hemos visto las principales modalidades vigentes tras la reforma laboral, sus diferencias, condiciones y ejemplos prácticos. También hemos revisado cómo identificar qué tipo de contrato tienes y cómo estos afectan a tu estabilidad, derechos y oportunidades laborales.
En R&S Jobs ayudamos a las empresas a identificar el tipo de contrato más adecuado para cada perfil, cumpliendo con la legalidad vigente y optimizando los procesos de contratación. Además, si eres candidato, te orientamos para que sepas interpretar tu contrato, evaluar tus condiciones laborales y avanzar en tu desarrollo profesional de forma segura y efectiva. ¿Estás preparado para firmar un contrato que realmente encaje contigo?
Comparte
R&S Jobs

R&S Jobs