Reducción de jornada laboral: así es la propuesta de 37,5 horas en 2025

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En los últimos años, el debate sobre la jornada laboral ha cobrado una fuerza renovada en España. Desde hace décadas, el tiempo de trabajo ha sido un indicador clave no solo del rendimiento laboral, sino también del bienestar de la población activa. Ahora, el Gobierno plantea una propuesta ambiciosa: reducir la jornada semanal a 37,5 horas. Este cambio forma parte de una serie de medidas orientadas a mejorar la conciliación, la productividad y las condiciones laborales en el país.

 

El tema no es menor. En un contexto donde cada vez se valora más el equilibrio entre vida personal y profesional, la posibilidad de trabajar menos horas sin perder salario plantea un nuevo modelo de relaciones laborales. ¿Qué implicaciones tiene esta reducción de jornada? ¿Quién se verá beneficiado? ¿Qué deben hacer empresas y trabajadores para prepararse? En este artículo abordamos estas cuestiones, analizamos el calendario de aplicación y te damos claves para adaptarte al futuro del trabajo.

Qué significa la reducción de la jornada de trabajo

La reducción de la jornada laboral se refiere a disminuir el número de horas que una persona trabaja semanalmente sin que esto implique una bajada de sueldo. En el caso español, el estándar actual para una jornada completa es de 40 horas semanales, aunque existen convenios colectivos que establecen jornadas menores, como las 38,5 horas semanales en algunos sectores.

 

La nueva propuesta plantea un recorte progresivo de la jornada, con el objetivo de llegar a 37,5 horas semanales en 2025, sin pérdida salarial. Esto implica trabajar media hora menos al día aproximadamente, lo cual puede parecer poco a simple vista, pero representa un cambio estructural profundo para empresas, empleados y para el modelo económico general.

 

Este tipo de medidas no solo buscan mejorar el bienestar del trabajador, sino también estimular una nueva forma de organización del trabajo. Se apuesta por priorizar resultados frente a horas presenciales, promoviendo una cultura más flexible y orientada a la eficiencia.

Cuándo podría entrar en vigor la reducción de jornada laboral

Fechas planteadas: de 38,5 a 37,5 horas semanales

El calendario del Gobierno para aplicar la reducción de jornada ya está sobre la mesa. La hoja de ruta establece dos grandes hitos:
  • Primer recorte a 38,5 horas semanales: previsto para 2024, como paso intermedio y adaptativo.
  • Reducción definitiva a 37,5 horas semanales: proyectada para 2025, si se mantienen las condiciones pactadas y la negociación colectiva lo permite.
Este cambio será gradual, lo que permite que tanto empresas como trabajadores se preparen y ajusten sus sistemas de organización y producción sin sufrir alteraciones bruscas.

 

Además, se prevé que la reducción se articule a través de la negociación colectiva, respetando los convenios laborales vigentes y permitiendo cierta flexibilidad sectorial. Así, cada sector podrá adaptar el nuevo marco horario según sus particularidades.

Diferencias respecto a reformas anteriores

A lo largo de la historia reciente, España ha llevado a cabo varias reformas laborales importantes, pero pocas han tocado directamente la duración de la jornada. La última gran reducción de jornada fue en 1983, cuando se establecieron las 40 horas semanales como estándar.

 

A diferencia de las reformas previas, centradas en la contratación o la protección social, esta propuesta incide directamente en el tiempo efectivo de trabajo, lo cual implica reorganizar turnos, cargas de trabajo, productividad y cultura empresarial.

 

También destaca el hecho de que se mantiene intacto el principio de no reducir el salario, lo cual representa un cambio de paradigma frente a las políticas de austeridad aplicadas en décadas pasadas. En este sentido, la propuesta se alinea con un enfoque más moderno y social del empleo.

A quién beneficiaría la reducción de jornada laboral en España

Impacto previsto en trabajadores del sector público

En primera instancia, los empleados públicos podrían ser los primeros beneficiarios de esta medida. El sector público tiene más facilidad para implementar este tipo de reformas, ya que depende directamente de los presupuestos generales del Estado y suele tener estructuras laborales más estandarizadas.

 

Además, al servir de modelo, el sector público puede actuar como laboratorio de prueba para evaluar el impacto real de la reducción de jornada, midiendo variables como el absentismo, la productividad o la conciliación.

 

En algunos territorios y organismos, ya existen pilotos de jornadas reducidas que han mostrado resultados positivos, lo que respalda la viabilidad de este cambio a nivel nacional.

Posibles efectos en empresas privadas

Para las empresas del sector privado, especialmente las pymes, la implementación puede ser más compleja. Requiere adaptar horarios, procesos internos y métodos de evaluación del desempeño. No obstante, no todas las compañías parten de la jornada de 40 horas: muchas ya operan con jornadas más reducidas por convenio o acuerdo interno.

 

La clave será la flexibilidad. Sectores como la tecnología, el marketing o los servicios digitales tienen más margen para implantar este cambio sin afectar su operatividad. En cambio, sectores industriales o con producción continua deberán hacer mayores ajustes organizativos.

 

Sin embargo, si se gestiona correctamente, esta reforma puede convertirse en una ventaja competitiva. Un entorno laboral más equilibrado puede atraer y retener talento, reducir la rotación y mejorar la reputación empresarial.

Conciliación, productividad y bienestar

Uno de los grandes argumentos a favor de esta medida es el impacto positivo en la conciliación de la vida personal y laboral. Disponer de más tiempo libre puede traducirse en menos estrés, más salud mental, y mayor satisfacción con el empleo.

 

Estudios en otros países han mostrado que reducir la jornada no implica necesariamente una caída de la productividad. Al contrario: trabajar menos horas puede incrementar la eficiencia, el enfoque y la motivación, siempre que se mantengan objetivos claros y se eviten las interrupciones innecesarias.

 

También hay beneficios sociales: más tiempo disponible permite cuidar de familiares, participar en la vida comunitaria, o dedicarse a la formación continua, lo cual favorece un desarrollo profesional más completo.

Cómo se aplicaría la propuesta de reducción de jornada laboral

Adaptaciones necesarias en las empresas

Para aplicar esta reducción de jornada, las empresas deberán revisar y modificar aspectos clave como:
  • Turnos de trabajo y cuadrantes.
  • Distribución de tareas y objetivos.
  • Sistemas de evaluación por rendimiento.
  • Comunicación interna y clima laboral.
En algunos casos será necesario contratar más personal o reorganizar equipos para cubrir el mismo volumen de trabajo en menos horas. En otros, bastará con mejorar la eficiencia interna o adoptar herramientas digitales que optimicen procesos.

 

En cualquier caso, es fundamental que las empresas cuenten con un plan de transición bien definido, consensuado con los representantes de los trabajadores y adaptado a la realidad del sector.

Registro y control horario

El registro de jornada, obligatorio desde 2019, jugará un papel crucial en esta nueva etapa. Permitirá verificar que las empresas cumplen con la reducción, y que no se exige a los trabajadores horas extra encubiertas para compensar la menor duración.

 

Se prevé que haya un refuerzo en la inspección laboral y que se implementen medidas tecnológicas que faciliten este control, especialmente en contextos de teletrabajo o trabajo híbrido.

 

Además, será necesario revisar los sistemas de compensación de horas, así como la política de horas extra, para evitar abusos y garantizar un reparto equitativo del tiempo de trabajo.

Casos especiales y excepciones

Es probable que existan excepciones sectoriales o profesionales. Por ejemplo:
  • Actividades con alta estacionalidad.
  • Profesiones con guardias o turnos rotatorios (sanidad, transporte, emergencias).
  • Empresas con horarios internacionales.
En estos casos, la reducción de jornada podría aplicarse de forma flexible o mediante bolsas de horas, permitiendo una redistribución que mantenga el equilibrio entre los intereses del negocio y el derecho del trabajador.

 

Los convenios colectivos seguirán siendo la principal herramienta para adaptar esta normativa a las particularidades de cada sector o empresa.

Prepárate para el futuro laboral

Cómo anticiparte a los cambios con formación y flexibilidad

El mundo laboral está en constante transformación. La reducción de jornada es solo una de las muchas señales de que la forma de trabajar está cambiando. En este nuevo contexto, adaptarse es clave.

 

Una forma de prepararse es apostar por la formación continua, especialmente en habilidades blandas como la gestión del tiempo, la productividad personal o el trabajo en equipo. También es útil mejorar competencias digitales, dado que muchas empresas automatizarán tareas para compensar la reducción de horas.

 

La flexibilidad será un activo muy valorado: poder trabajar por objetivos, adaptarse a nuevos formatos de jornada, o moverse entre sectores con diferentes dinámicas horarias te dará ventaja competitiva en el mercado laboral.

Utiliza un buscador de empleo para explorar nuevas oportunidades

Si te planteas un cambio de empleo o quieres mejorar tu situación laboral, este puede ser un buen momento para empezar a mirar opciones. Existen portales especializados que te permiten filtrar por tipo de jornada, horario, modalidad (presencial, híbrida o remota), y condiciones salariales.

 

Recuerda que el salario mínimo interprofesional también está en constante revisión, por lo que es importante informarse bien antes de firmar un nuevo contrato.

 

Buscar un empleo alineado con tus valores, tus objetivos personales y tu estilo de vida será más fácil si utilizas herramientas adecuadas y si mantienes actualizados tu CV y tu perfil profesional.

El tiempo sí importa: un nuevo modelo de trabajo está en marcha

La propuesta de reducción de jornada a 37,5 horas semanales marca un hito en el camino hacia una nueva cultura laboral en España. Se trata de una medida que va más allá de un simple recorte de horas: plantea repensar la productividad, el equilibrio entre trabajo y vida personal, y el bienestar general de los empleados. Si bien su implementación será progresiva, ya ha abierto el debate y ha motivado tanto a empresas como a trabajadores a anticiparse y adaptarse.

 

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